Nuevo Libro de Guillen Medina
"Moshi-mo
chii-tana goya-no-comaitaaana". Tremenda onomatopeya japonesa que algunos
tratábamos de mascullar 'en castellano' al cierre de cada capítulo de Heidi.
Escuchar aquella sintonía (a la derecha, el vídeo) sirve para tirar del hilo de
la memoria colectiva de las generaciones que crecieron con los dibujos animados
de las series de TVE de los 70 y 80.
Como la magdalena de Proust, una imagen de
Pipi Calzaslargas, la música de 'Mazinger Z' o D'Artacan y los tres
mosqueperros o el recuerdo de personajes como el Inspector Gadget, Marco o la
abeja Maya, pueden abrir la puerta a la nostalgia de la época con un sólo canal
de televisión. Es el juego de exaltación de la memoria colectiva que propone el
libro 'Abuelito, dime tú. Los dibujos animados de nuestra niñez' (Diábolo Ediciones).
Escenas del final de David el Gnomo. Toda una lección sobre la muerte.
El asunto, como tema de conversación, da para
un buen rato. Hay quien cuenta que se aburría con las clases de Historia en el
colegio pero disfrutaba de lo lindo con 'Érase una vez... el hombre'; alguno
aún recuerda las lágrimas al despedir a David El Gnomo... Son personajes que no
quedaron agotados en aquellas décadas. De la Abeja Maya habrá dentro
de poco un musical en Madrid y de Marco, una
miniserie con actores de carne y hueso.
El autor, Guillem Medina, (Toyland Magazine) hace un repaso cronológico por la televisión infantil de aquella época, a
partir de Pippi Calzaslargas, "la primera serie que ocupó el horario
estrella los sábados al mediodía".
Se incluyen también las letras de la sintonía de las series, los productos de
promoción, un repaso a los personajes y a series similares...
Era la época en que "desde la abuela al
niño, todos se sentaban a ver lo mismo". "Ahora hay mucha diferencia,
con series para preescolares, otras para público intermedio y para
adolescentes. También hay una animación adulta que se empezó a popularizar con
productos como South Park", señala.
Pero entonces sólo existía TVE, así que la muchachada de todo el país seguía
las mismas series. "Además, las reponían, y eso ha hecho que su influencia
llegue a varias generaciones", destaca.
"Hoy en día los niños están poco
predispuestos a este tipo de series. Las de ahora no parece que aborden tanto
los sentimientos, la alegría o la pena, y están más centradas en aventuras,
competitividad. No sé si es mejor o peor, pero es distinto", comenta sobre
estas series. Curiosamente, muchas de ellas venían de Japón y no había todavía,
en lo que a dibujos animados se refiere, tanta influencia de Disney y de los
productos estadounidenses.
La nostalgia vende
La
nostalgia vende muchísimo. Hay mucha gente que guardó el escaso 'merchandising
de la época. Es alucinante que alguien guardara esos cromos que venían pegados
a la bollería, aceitosos. Pero ahora son cosas que se venden caras",
cuenta Medina.
Así, explica que los álbumes de cromos de una
conocida marca de yogures y las barajas con naipes ilustrados con este tipo de
personajes pueden llegar a venderse por 200 euros.
En todo esto hay un "pero". Medina es partidario de quedarse con los
recuerdos, pero señala que no suele ser una buena idea retomarlas: "Volver
a verlas es malo. Lo que tenemos es un recuerdo difuso, pero siempre bonito.
Por mucho empeño que quieras poner, acabas pensando cómo aguantaste eso".
Medina es un experto de la nostalgia de iconos
del siglo pasado, con un libro de muñecas españolas y otro sobre autoras de cómic, publicados en el
último año. Tiene en mente una segunda parte de este 'Abuelito, dime tú' porque
muchas míticas series se han quedado fuera.
Autora: Lucia González (El Mundo)
¿donde comprar?
Tiene razón la nostalgia vende mucho...
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