Scalextric: Historia de 50 años de competición 1962 - 2012
Scalextric: 50 años de un juguete de
leyenda
Scalextric es un juguete único. A lo largo de medio siglo ha trasladado a los hogares las sensaciones de las competiciones automovilísticas, cautivando a generaciones y creando un sinfín de aficionados al slot y a los deportes de motor en general. Lo ha conseguido apostando por la pasión y por la tecnología. Pasión por las carreras, por la velocidad, por las miniaturas bien ejecutadas y detalladas que reproducen los vehículos de los pilotos punteros del momento, sea cual sea la competición que disputen. Y pasión por los avances técnicos, que le han permitido reinventarse sin descanso y situarse entre los juguetes preferidos de niños y mayores durante 50 años.
En
la década de 1970 Exin mostró todo su dinamismo, poniendo a la venta numerosos circuitos
y presentando cada año espectaculares modelos nuevos. A esa época pertenecen,
entre otros, el carismático Mini Cooper, el Porsche 917 y el Mercedes Wankel
C-111, un vehículo conceptual que el fabricante alemán nunca llevó a la producción.
Los aficionados de Scalextric, sin embargo, han podido recorrer miles de
kilómetros con él.
Scalextric es un juguete único. A lo largo de medio siglo ha trasladado a los hogares las sensaciones de las competiciones automovilísticas, cautivando a generaciones y creando un sinfín de aficionados al slot y a los deportes de motor en general. Lo ha conseguido apostando por la pasión y por la tecnología. Pasión por las carreras, por la velocidad, por las miniaturas bien ejecutadas y detalladas que reproducen los vehículos de los pilotos punteros del momento, sea cual sea la competición que disputen. Y pasión por los avances técnicos, que le han permitido reinventarse sin descanso y situarse entre los juguetes preferidos de niños y mayores durante 50 años.
Una
de las prioridades de la marca ha sido siempre ofrecer no solo reproducciones
de vehículos y pistas míticas, sino hacer que sus aficionados se sientan como
si disputaran un auténtico Gran Premio o un tramo decisivo del Mundial de
Rallyes. Hacerlo con la máxima fidelidad posible, hasta conseguirel ambiente de
las carreras.
Esta
es la idea que subyace en la creación de Fred Francis. En 1952, este ingeniero
británico ideó un sistema que permitía mover de manera remota coches metálicos
en miniatura: el Scalex, un sistema mecánico que tuvo gran aceptación entre el
público. Su primer modelo fue típicamente inglés: el Jaguar XK 120. Cuatro años
más tarde, Francis mejoraba sus automóviles con la serie Startex, que introducía
cambios en el sistema de impulsión.
La investigación como vía hacia el
éxito
Pero
en 1957 el descenso de ventas de los coches empujó a Francis a dar una vuelta
de tuerca tecnológica a su producto. El paso adelante definitivo vino de la
mano de dos ideas revolucionarias. La primera fue acoplar un pequeño motor
eléctrico a algunos de sus modelos. La segunda, no vender solamente coches,
sino acompañarlos de un sistema de pistas exclusivo sobre los que hacerlos
correr. Su nombre comercial también cambiaría para evolucionar a la marca que
todos conocemos: Scalextric.
La
idea fue un éxito desde el primer momento. Las primeras apuestas fueron algunos
de los mejores vehículos que competían en el Campeonato del Mundo de Fórmula 1:
el Maserati 250F
Grand Prix
y el Ferrari 4.5L Grand Prix. Una filosofía, la de elegir a los más destacados
para sus reproducciones, que ha llegado hasta nuestros días.
Incapaz
de satisfacer la demanda, la compañía de Francis, Minimodels LTD, fue absorbida
por Lines Bros. A partir de entonces su filial Tri-ang se ocuparía de fabricar
y comercializar el nuevo y exitoso juguete. Bajo su tutela se puso a la venta
en 1957 el primer circuito de Scalextric. Tenía forma de cero, y equipaba dos
de los ya conocidos Maserati 250F
Grand Prix. A pesar del éxito de ventas, la capacidad de innovar no se detuvo.
En 1960 los antiguos moldes de metal fueron sustituidos por carrocerías y chasis
de plástico, que permitían un mayor nivel de detalle y ligereza. El primer
modelo de la nueva etapa también reproducía un bólido de F1 y tenía sabor
británico: el Lotus 16.
Por
aquel entonces Scalextric ya era una referencia en el mercado. Su calidad de
acabados y su maniobrabilidad permitían a su sistema reproducir como ningún
otro el espíritu de la competición. También gozaba del apoyo de pilotos de
primera línea, como el británico Jim Clark. El secreto del éxito de Scalextric,
sin embargo, no pasó únicamente por la venta de coches y pistas. Construyó un
sistema compatible con infinitas combinaciones: animaba a sus clientes a
diseñar su propio circuito, aprovechando que las pistas eran intercambiables
entre sí y que sus vehículos funcionaban sin problemas sobre cualquiera de
ellas. Así, al comprar una de sus cajas el aficionado no adquiría un circuito,
sino que abría la puerta a su imaginación.
1962: Exin introduce Scalextric en
España
En
1962, Tri-ang firmó un acuerdo con la juguetera Exin para comercializar sus
productos en España. El sistema económico autárquico impuesto por la dictadura
del general Franco dificultaba enormemente la entrada de productos extranjeros
en nuestro país. Una de las pocas vías abiertas pasaba por establecer una
alianza con una empresa local. Exin fue la elegida y el sistema ideado por
Francis se presentó en la Feria de Muestras de Barcelona ese mismo año.
Exin
inició su recorrido con tres modelos míticos de la máxima competición del
automovilismo mundial: el Lotus 21, el Cooper F1 y el Ferrari 156, conocido
como Sharknose (literalmente “nariz de tiburón”) por la curiosa forma de su
parte frontal. También inició la comercialización de circuitos, que se podían
adquirir a partir de unas 1.200 pesetas de la época.
A
partir de 1965, las cajas de circuitos no solamente incluían pistas, un
transformador y dos mandos para controlar la velocidad de los coches. También
se podían encontrar accesorios que mejoraban la experiencia del juego, como
vallas de protección, peraltes o puentes. Nuevamente, la pasión de la marca por
la competición y por la innovación, conjuntamente con su dinamismo, la llevaban
a aumentar su prestigio en el mercado.
En
1966, Exin sacó al mercado su primer modelo totalmente español. No podía ser
otro que el Seat 600 TC, un modelo que acercaba la marca a su público y que, al
mismo tiempo, marcaba un nuevo camino para Scalextric.
Los mejores coches de slot del mundo
Hasta
entonces los modelos de Exin eran adaptaciones de los británicos. Cuando los
diseñadores españoles pudieron crear sus propios productos, la calidad de los
mismos (y, con él, su prestigio) subió de manera exponencial. Los acabados de
los modelos locales no tardarían en superar a los de la fábrica inglesa. Su
nivel de detalle y la concepción en general de los vehículos convirtieron a los
modelos de Exin en los más deseados por los aficionados de todo el mundo.
Entre
los modelos emblemáticos de la década de 1960 se cuentan el Mercedes 250 SL, el
Ford GT, el Jaguar E, el BRM-F1, el espectacular Chaparral GT o el Seat 850 TC
Abarth. Todos a escala 1/32, que se ha mantenido hasta nuestros días.
Restauración Porsche 917 de Javier López (El Dragón Dorado) |
Esos
años se recuerdan también por la presentación de cuatro de los modelos más
queridos: el Tyrrell P34 (el popular “seis ruedas”), el primer Porsche 911, el
bestial Lancia Stratos y el Ferrari B3 F1, quizás el modelo más complejo que ha
creado Scalextric a lo largo de su historia. Gracias a su calidad, las
exportaciones de los modelos españoles aumentaban sin cesar.
En
el año 1982, la marca celebró el 20º aniversario de Scalextric en España con la
edición de un exclusivo BMW M1 y la presentación de la nueva serie Super Racing
System (SRS), especialmente dirigida a los fanáticos de la competición.
Vehículos más ligeros y con más agarre complementaban las innovaciones técnicas
que la marca había presentado en los años anteriores: nuevos transformadores, mandos
más sensibles, cuentavueltas, puentes más largos y espectaculares, figuras en
miniatura de mecánicos o periodistas que enriquecían las maquetas de los
aficionados...
Tecnología para competir
La
década de 1980 estuvo marcada por el desarrollo y auge de los ordenadores
personales y los videojuegos, que constituyeron una seria amenaza para el
juguete clásico. Hornby, que había comprado la marca internacional, acordó con
Scalextric intercambiar modelos. Esto benefició a Exin, el fabricante español,
cuyos coches eran de calidad superior a cualquier otro del mercado.
Un
nuevo salto tecnológico llegó en 1985, con diversas innovaciones técnicas. La
primera consistió en incluir un sistema de alumbrado para los nuevos modelos.
Una carrera nocturna, con coches equipados con luces, era una experiencia
inédita. El primer modelo fue el Lancia 037, protagonista junto con el Audi
Quattro, de una de las luchas más apasionantes y espectaculares del Mundial de
Rallyes.
Asimismo,
se pusieron a la venta los nuevos motores RX-2, más rápidos y potentes, que jubilarían
definitivamente a los Tri-ang RX, montados en los coches de Scalextric
prácticamente desde su nacimiento. Finalmente, ese año se exploró la vía de los
vehículos 4x4 con la serie Super Traction System (STS), que evocaba grandes
carreras como el París-Dakar o el Rallye de los Faraones.
SCX,
línea Vintage, Club Scalextric... Y llegada de Tyco
Unos
años después, Exin decidió exportar sus productos bajo su propia marca. En
virtud de su acuerdo de licencia, sólo podía utilizar la denominación
Scalextric en España, Andorra y México. Por esta razón se creó en 1991 SCX, la
marca internacional de los productos españoles de Scalextric. También aprovechó
para introducir las gamas SRS-2 (evolución de la SRS) y TT
.
Casi
simultáneamente, la dirección de la empresa, consciente de la comunidad de
aficionados que se movía alrededor de sus productos, creó la serie Vintage que
aún hoy reproduce fielmente los modelos más antiguos de la marca. El primero,
por supuesto, fue el 600 TC.
Arrastrada
por una crisis de ventas en otras divisiones de la empresa, Exin cerró sus
puertas en 1993. El éxito de ventas de Scalextric no consiguió salvar la
fábrica, y la marca fue adquirida por la multinacional norteamericana Tyco. Una
de sus primeras decisiones fue trasladar la producción a China, en un intento
de abaratar costes de producción. El resultado fue que la calidad del producto
se resintió y, sin dejar de mantener un nivel alto, no consiguió llegar al
estándar de Exin.
Tyco
se hizo cargo del producto hasta 1997. Entre las pocas innovaciones que impulsó
figuran los coches direccionables y, sobre todo, la creación del Club
Scalextric, una valiosa herramienta de apoyo a la comunidad de aficionados que
aún hoy se mantiene. Ofrece descuentos y regalos exclusivos, e información
puntual de novedades y competiciones a través de una revista periódica,
bautizada en aquellos tiempos como Chicane y hoy convertida en Scalextriclub.
En
parte fruto de esta iniciativa, el primer campeonato de España de
Slot-Scalextric se celebró en 1996, en Barcelona. En cuanto a los modelos, Tyco
consiguió algunas reproducciones especialmente acertadas, como el Bugatti EB
110 Le Mans. Pero su decisión más conocida tuvo lugar cuando presentó una línea
de camiones.
TecniToys: en busca del prestigio
perdido
En
1997, Tyco fue absorbida por Mattel, que un año después vendió a TecniToys
Juguetes los derechos de fabricación y distribución de Scalextric y SCX. Con el
nuevo propietario volvió la inversión en investigación y desarrollo de nuevos
modelos.
Se
incorporó fibra óptica al sistema de iluminación de los coches y se
modernizaron motores, guías y trencillas. Se incorporaron nuevos complementos
electrónicos, como el SIC (Scalextric Intelligent Control), que permitía
competir contra un coche conducido por un ordenador. Por último, se mejoraron considerablemente
las decoraciones de los coches y se retocó el logo de la marca para dotarla de
una imagen más acorde con los tiempos.
La
respuesta del mercado no se hizo esperar, animada por modelos brillantes como
el Toyota Corolla WRC de Carlos Sáinz, o el Mitsubishi Lancer del finlandés
Tommi Mäkkinen, campeón del Mundial de Rallies en 1997.
Animada
por el éxito comercial, TecniToys mantuvo algunas de las iniciativas que habían
funcionado en el pasado, como el Club Scalextric y la serie Vintage, e
introdujo otras, como la serie Scalextric Pro, una línea de productos para
expertos. También estuvo muy atenta a la actualidad y a la creciente presencia
de los pilotos españoles en la alta competición, especialmente en la F1. Las reproducciones
del Minardi de Marc Gené y el Arrows de Pedro Martínez de la Rosa fueron dos
buenos ejemplos.
Pero
la verdadera estrella de la época fue la línea Scalextric Digital, una de las
novedades más importantes de la historia de la marca. Se trata de un sistema
que permite que diversos coches puedan saltar de una guía a otra, y circular
varios de ellos por la misma. Introducido en 2004, hizo posible que las carreras
ganaran en emoción porque facilitaba espectaculares adelantamientos.
De
esa época data el Ferrari F2004 F1 de Michael Schumacher, el modelo más vendido
de la marca, con más de 8.000 unidades despachadas. No en vano se trata de una
de la reproducciones más brillantes de Scalextric, con infinidad de detalles
tomados del monoplaza con que el piloto alemán se proclamó campeón del mundo en
2004.
A
finales de esa misma década, TecniToys exploró un nuevo segmento de mercado en
el slot: las motos. El mundial de motociclismo gozaba de gran popularidad entre
los aficionados, y Scalextric ofreció circuitos y réplicas de las mejores
motos. La Yamaha de Valentino Rossi y la Honda de Dani Pedrosa fueron dos de
las primeras protagonistas.
Fábrica de Juguetes: celebración del 50
aniversario
La etapa TecniToys finalizó en 2012, cuando
los derechos de explotación de la marca fueron adquiridos por Fábrica de
Juguetes, que se encarga actualmente de la comercialización de Scalextric en
nuestro país y diversos territorios.
La
nueva etapa arranca con la celebración del 50 aniversario de la marca en
España. Se ha preparado una gran campaña de lanzamiento, se ha invertido en
investigación y desarrollo, se han incorporado innovaciones tecnológicas y se
han presentado diversas novedades, como la edición conmemorativa del Cooper
Climax F1, un coche de Fórmula 1 que fue uno de los primeros modelos en llegar
a nuestro país.
Felicidades, vaya articulo sobre scx, me ha encantado...un monton de datos que desconocia, me ha sabido a poco....por cierto....¿ Donde y cuando se puede adquirir el nuevo cooper?....me encanta ver mi porsche recien restaurado en tu entrada jejeje
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