Monopoly te regala 30.000 euros

El popular juego de mesa Monopoly, propiedad de Hasbro, se ha adaptado (incluso adelantado) a los tiempos de hoy en día y ha eliminado sus clásicos billetes de colores de siempre y los ha sustituido por un lector electrónico que escanea las tarjetas que contiene el juego.

En esta nueva versión, que lleva por nombre
Monopoly Electronic Banking, el valor de las propiedades puede subir o bajar de forma inesperada, dando aún más emoción al juego.



Además, Hasbro ha lanzado esta novedad con una promoción con la que regala 30.000 euros en premios, que van desde 5 hasta 20.580 euros (la cantidad de dinero que se puede encontrar en un juego Monopoly clásico). 



“Un número limitado de cajas del nuevo Monopoly Electronic Banking incluirá un distintivo que indica que en el interior se puede encontrar una tarjeta de la suerte”,  explica María Pallarés, ‘brand manager’ de Monopoly España. 



Para saber si la tarjeta contiene un pellizco de la fortuna de Mr. Monopoly, el consumidor  debe introducir el código en la página web desde el 1 de octubre de 2016 hasta el 15 de enero de 2017.



El origen del Monopoly


Monopoly es un juego de mesa de bienes raíces, hoy en día producido por la empresa estadounidense de accionistas Hasbro de Rhode Island. Monopoly es uno de los juegos de mesa comerciales más vendidos del mundo.



Como el nombre sugiere, el objetivo del juego es hacer un monopolio de oferta, poseyendo todas las propiedades inmuebles que aparecen en el juego. Los jugadores mueven sus respectivas fichas por turnos en sentido horario alrededor de un tablero, basándose en la puntuación de los dados, y caen en propiedades que pueden comprar de un banco imaginario, o dejar que el banco las subaste en caso de no ser compradas. Si las propiedades en las que caen ya tienen dueños, los dueños pueden cobrar por pasar por su propiedad o quien caiga podrá comprárselas.


Tiene su origen en un juego de principios del siglo XX, The Landlord's Game, creado por Elizabeth Magie,  del que se derivaron otros juegos de bienes raíces y el propio Monopoly. Desde los Estados Unidos, el juego se propagó a otros países en diversas versiones, como el Matador danés. Jugadores en Inglaterra o Estados Unidos, por ejemplo, adaptaban esta clase de juegos a sus localidades, añadiendo nombres de lugares cercanos a los tableros de juego.

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