La compañera de Madelman cumplirá 40 años

         El próximo año se cumplen 40 años de la llegada del maniquí femenino de Madelman. La muñeca fue definida como “La compañera de Madelman”. Aunque coloquialmente se la conoce como “madelmana” o “madelwoman”.


      Todavía hoy, algunos nos preguntamos qué impulso a la marca a lanzar al mercado una compañera para su exitoso muñeco. La verdad es que la decisión de hacerlo fue muy valiente ¿o podría ser temeraria?


¿Un Madelman para niñas o una muñeca para niños? 


      Es cierto que a finales de los años 70, la sociedad española tenía un tono muy aperturista y ya contábamos con juguetes indicados para ambos sexos, pero los Madelman tenían un pasado tan masculino que me cuesta imaginar a mi hermana jugando conmigo a los piratas o safaris.

      Pero a pesar de los precedentes sexistas, Madel aposto por su muñeca. Imagino que fue una estrategia de marketing apoyada por algún estudio sobre la evolución de las preferencias del mercado. Probablemente los estudios de mercado de los 70 no serían tan precisos y analíticos en sus conclusiones como los de ahora.

Entonces... ¿Por qué Madel se decidió a lanzar al mercado un producto tan arriesgado? 


Estrategia Madelman

      Mi teoría es que sacaron una muñeca como  respuesta a los competidores de Madelman. Los Geyperman y los Big Jim eran productos extranjeros licenciados en España. Los dos eran muy potentes y atractivos pero tenían poco margen para crear nuevas series. De hecho los modelos fabricados eran prácticamente los mismos en todos estos muñecos, sobre todo entre Geyperman y Madelman. En esencia, la diferencia más notable entre ambos era únicamente el tamaño.

      Como los muñecos de esta época (auténticos machotes dispuestos para el combate) podían llegar a pecar de misóginos, quizás Madel vio una oportunidad para evolucionar y adelantarse a su tiempo en el mercado Español siendo la primera marca en sacar una compañera para su muñeco.

Madelman, siempre en vanguardia

      Con esta acción Madelman se posicionaría como la única figura de acción válida para niños y niñas. A Geyper y Congost, limitados por las licencias de Hasbro y Mattel, les costaría mucho dar una respuesta a esta nueva estrategia de Madel. Sobre el papel, ¡la jugada era perfecta!

      En aquella época las cosas estaban cambiando en la sociedad española, y los “visionarios” de Madel se arriesgaron con su plan. Con una pareja de soldado-enfermera podrían compartir juegos niños y niñas, y no digamos con el matrimonio de Colonos, que ya era una autentica familia, con carreta incluida. Madel tenía en sus manos un juguete 100% mixto.

      Pero los hábitos y las circunstancias cambiaron muy rápido y dieron paso a tiempos nuevos. El final comercial de los Madelman estaba muy cerca de modo que no podemos saber hasta dónde haría llegado aquella mujer de acción que acompaño a los Madelman en sus últimos días.



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